La realización de la primera obra de “riego en precario” posibilitó el comienzo de la constitución de un fondo económico para que dicha Sede Social fuese una realidad. La citada obra de riego “en precario” fue diseñada en principio para dar servicio a unas quinientas hectáreas, sin embargo fue capaz de dar servicio a algo más de 700 hectáreas. Ese incremento de hectáreas a las cuales se le pudo dar servicio con muy poco incremento de los gastos, que ya se habían realizado, provocó un superávit en la cuenta final de esta primera obra de riego “en precario”.Por decisión de la Asamblea General de la Comunidad ese superavit fue destinado a la colocación de contadores de riego y a la adquisición de bienes patrimoniales de la Comunidad. Ello originó, para actuar en justicia con los primeros usuarios, el que también la Asamblea General de la Comunidad decidiera establecer una cuota de igualación patrimonial o cuota de entrada para que todos aquellos nuevos usuarios que se fuesen incorporando a la Comunidad contribuyesen igual y proporcionalmente a la conformación del patrimonio de la Comunidad. Por aquel entonces dicha cuota de entrada se fijó en 25.000 pesetas por hectárea.